
El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
(Juan 3:19)
La pregunta es ¿Cuál es el Nombre, para que yo crea que es el Hijo e Dios?
La respuesta se halla en la palabra de Dios, que nos dice que antiguamente en el pueblo de Israel se esperaba el nacimiento del Mesías, el Unguido de Dios, cuyo varón se presentó entre los hombres, siendo engendro del poder del Espíritu Santo, para ser llamado Hijo de Dios. El vivió entre nosotros, pero nosotros lo tuvimos y estimamos en nada, como un ser sin valores y despreciado entre los hombres crucificándole hasta la muerte en el Monte Calvario.
Muchos de esta manera, manifestaron su repudio llevándole a la cruz, pero aún así, en la palabra de Dios (Biblia) también existieron cientos de personas que creyeron al Nombre: JESÚS , no solo porque estuvieron con él en vida sino, porque el creer en el Nombre, automáticamente somos presentes ante los ojos de Dios, como los hijos redimidos por la sangre del Cordero inmolado, es decir no hace memoria de nuestras faltas sino que reparte de su amor por medio de las más ricas promesas de su palabra, como ser la regeneración, renovación y la resurrección de los muertos.
Estas cosas, que son el centro del misterio el amor de Cristo, que son recibidas cuando nos entregamos al perdón de pecados a Dios Eterno, por medio de su Hijo Jesucristo.

Amén